6 maneras en las que mi padre me ha cambiado - The Pregnancy Network

6 maneras en que mi padre me ha cambiado

Este fin de semana celebramos el Día del Padre. En un mundo en el que parece que últimamente no escasean las noticias negativas, puede resultar tentador pasar por alto esta fiesta anual. Pero nunca se insistirá lo suficiente en el papel que desempeñan los padres en la vida de sus hijos. Así que para celebrar a todos los padres maravillosos, trabajadores y que cuentan chistes cursis, aquí van 6 maneras en las que mi padre ha cambiado mi vida.

  1. Presentes en la mesa. Cuando pienso en las cenas familiares de mi infancia, pienso en risas. Pienso en conversaciones que duraban mucho después de que nuestros platos estuvieran vacíos. Pienso en narraciones y chistes en los que era más gracioso lo que se contaba que lo que se contaba. Ese tiempo alrededor de la mesa creaba un espacio seguro para que mis hermanas y yo compartiéramos nuestros pensamientos y los acontecimientos del día. Mi padre siempre estaba en la cabecera de la mesa, listo para reírse y participar. Recuerdo que pensaba: "No parece tener prisa por levantarse de esta mesa". Y eso me encantaba.
  1. Plenos y divertidos momentos juntos. Mi padre nos daba paseos a caballo cuando éramos niños y jugaba al baloncesto con nosotros cuando éramos adolescentes. Jugábamos al ping pong, al billar, veíamos películas juntos y nos íbamos de aventura a Lowe's Home Improvement y Biscuitville. Mirando atrás, sé que mi padre tenía muchas responsabilidades, pero de alguna manera sacaba tiempo para divertirse con nosotros. 
  1. Amor por mi madre Desde que tengo uso de razón, mi padre se ha referido a mi madre como "mi novia". Hablaba -y sigue hablando- de su talento y de lo mucho que le gustan sus ojos azules. Nunca me he preguntado si mi padre quiere o respeta a mi madre. Él puso el listón de cómo yo esperaba que me trataran, modelándolo en la forma en que cuidaba de mi madre. Cuando los chicos interesados en salir conmigo mostraban poco respeto por las mujeres de su vida, me resultaba mucho más fácil rechazarlos. Mi padre me hizo creer que podía hacerlo mejor. 
  1. Presente en los grandes y pequeños momentos. Mi padre venía a los partidos de baloncesto, voleibol y fútbol, y siempre animaba lo bastante alto como para avergonzarme. Estuvo en todos los acontecimientos importantes y en las graduaciones. Apareció en mi puerta con cubiertos cuando viví sola en un apartamento por primera vez y me di cuenta de que no tenía. Me acompañó al altar en mi boda. Sostuvo a mi hijo y a mi hija cuando nacieron. Y me abrazó cuando perdí a tres de sus nietos. Siempre supe que quería estar ahí. Y no lo he olvidado.
  1. Me enseñó a ser asertivo. Mi padre me hacía practicar para presentarme a los demás. "Da la mano, mira a los ojos. Inicia conversaciones en lugar de esperar a que los demás te tiendan la mano primero", me decía. Entonces me volvía loco. Pero con los años, me di cuenta de la diferencia que suponía en mis interacciones con los demás, tanto profesional como relacionalmente. Mi padre fomentaba la asertividad y la confianza, sin insinuar ni una sola vez que eran rasgos exclusivos de los hombres. Esa perseverancia me ha abierto las puertas de amistades, trabajos y oportunidades que de otro modo no habría tenido.

  2. Atención encubierta. Debido a problemas médicos, no empecé a conducir con regularidad hasta justo antes de mi primer semestre de universidad. Como tal, conducir era un tema delicado para mi yo sabelotodo de 18 años. Poco después de llegar a la universidad, encontré un sobre en la guantera de mi Camry. En él había instrucciones, con la letra característica de mi padre, sobre la frecuencia con la que debía cambiar el aceite, rotar los neumáticos, qué hacer si se encendía el testigo de revisión del motor y un sinfín de detalles más sobre el cuidado del coche que, en aquel momento, yo era demasiado orgulloso e "independiente" como para preguntar. Aquella muestra de atención y consejos "encubiertos" y discretos significó mucho para mí. Y después de eso, nunca dudé en llamarle si tenía preguntas.

El padre perfecto

Doy gracias por haber sido bendecido con un padre que no se tragó la narrativa cultural que minimiza el papel de la paternidad. En un mundo en el que casi una de cada cuatro familias carece de padre, sería ingenuo esperar que el Día del Padre fuera una celebración para todos. Como cristiano, creo que el diseño de Dios para la paternidad es perfecto. Sin embargo, la humanidad no está a la altura.

Para quienes crecieron sin una figura paterna o cuyos padres ya no están aquí, podemos encontrar descanso y alegría en la verdad de que Dios, nuestro Padre Celestial, nos ama perfecta e incondicionalmente. Él ofrece la salvación a los que creen en la muerte sacrificial y la resurrección de su hijo, Jesucristo, y una relación aquí en la tierra que culminará en una reunión interminable con él en la eternidad. Es el Padre perfecto, del que podemos aprender, seguir e imitar. 

Este fin de semana mostremos nuestro agradecimiento a los hombres que han estado a nuestro lado. Envía una tarjeta, llama por teléfono o pasa tiempo con el hombre que es o ha sido como un padre para ti. Celebremos a estos hombres y el inestimable impacto que han tenido en nuestras vidas.

Foto de Mary Holloman

Mary Holloman

Mary Holloman es Directora de Comunicaciones de The Pregnancy Network.