Tres mujeres
Las tres mujeres no se conocían. Nunca se habían cruzado y no tenían nada en común. Excepto por una cosa.
Cada una había programado un aborto en el mismo lugar.
A principios de 2019, los sábados en la acera eran fríos y se sentían infructuosos. Las mujeres, una tras otra, entraban en la calzada, guiadas por escoltas abortistas y disuadidas de hablar con las voluntarias de los chalecos rosas con el autobús rosa chillón.
No están aquí para ayudarte, advirtieron los escoltas mientras señalaban a los voluntarios y al personal del GPCC. Son mentirosos. Farsantes. Siga conduciendo. Sigue andando. No miréis atrás.
Pero en el caso de estas tres mujeres -todas programadas a horas diferentes, en días diferentes- las órdenes de seguir adelante despertaron en su interior la agitación que había estado latente bajo la superficie.
Y contra la implacable insistencia de sus acompañantes, cada una de esas tres mujeres se detuvo. Y miraron hacia atrás.
Tres opciones
Cuando una mujer duda antes de entrar en el centro abortista, es indicativo de la guerra que se está librando en su corazón. Estas pequeñas ventanas de oportunidad dan a nuestros voluntarios y personal la oportunidad de decir palabras de vida a estas mujeres.
¿Le gustaría hablar un momento sobre su decisión de hoy? ¿Ha visto una ecografía? Podemos hacerle una gratis, ahora mismo.
A veces, un defensor de la causa puede entregar a una mujer un papel con la historia de su propia experiencia abortiva y el impacto que tuvo en ella.
A veces, una mujer entra en la unidad móvil, duda y vuelve a salir.
Pero estas tres mujeres tomaron una decisión valiente. Se alejaron de las puertas del centro abortista -lejos de los escoltas que les hacían señas y las llamaban- y dieron pasos hacia un camino diferente.
Cuando una mujer nos dice que piensa elegir la vida, sabemos que su batalla no ha hecho más que empezar. Puede que salga de la seguridad de nuestros muros y vuelva a la incertidumbre de relaciones rotas, problemas económicos abrumadores o un sistema de apoyo que presiona para que se aborte. Nos hemos reunido con mujeres que dicen que eligen la vida, sólo para verlas entrar en el centro abortista unos días después. El poder y la presión de estas difíciles circunstancias son reales.
Así que cuando estas tres mujeres bajaron de nuestra unidad móvil, nuestras enfermeras y asesoras sabían que no había nada seguro. Ese mes nos quedamos pensando en estas tres mujeres: ¿qué elegirían? Estas mujeres disponían de recursos, opciones y relaciones recién establecidas con sus defensoras, pero todo puede cambiar en un momento. Y a veces, lo único que podemos hacer es seguir tendiendo la mano y ofreciendo apoyo.
Y espera.
Seis vidas
En octubre de este año -casi 9 meses después de conocer a estas mujeres-, nos hizo mucha ilusión recibir fotos de las tres de sus recién nacidos.
Todos habían elegido la vida.
Y ahora cada una de estas mujeres avanza en la vida con la ayuda y el apoyo continuos del Centro de Atención y de las iglesias locales. Plenamente capacitadas.
En esta época del año, los sábados en la acera son fríos y a menudo se sienten infructuosos. Nuestro personal y nuestros voluntarios se presentan, semana tras semana, y ofrecen un camino diferente a mujeres que, muchas veces, sienten que no tienen otras opciones.
Pero por infructuosa que pueda parecer nuestra presencia, la realidad es la siguiente: está marcando la diferencia. Y aunque puede que no veamos el impacto de nuestra presencia hoy, seguimos apareciendo, porque creemos que más tarde -quizás días, meses, años o incluso en la eternidad- veremos cómo se ha empoderado a las mujeres, se han salvado vidas y se han cambiado corazones.
Y eso hace que merezca la pena.
Mary Holloman
Mary Holloman es la Directora de Comunicación del Care Center. Puede seguir su trabajo en maryholloman.com.